Desde PMHut, Ian Webster enlista los 7 hábitos del Administrador de Proyectos efectivo.
Como menciona Ian, en la web hay muchas propuestas que ofrecen conjuntos de hábitos para Administradores de Proyectos de gran eficacia. La mayoría se centran en los aspectos de procedimiento del trabajo. El propone los propios, centrandose más en las actitudes y comportamientos.
1er hábito. No aceptar un "No" por respuesta.
Las personas que no se fijan objetivos desafiantes tienden a no lograr grandes cosas. Cuando se busca el 75% dificilmente se alcanzará el 100%. Así que Ian sugiere no aceptar que las cosas no se pueden hacer. No aceptar la primera fecha propuesta. No aceptar las justificaciones. No aceptar una serie de exclusiones al alcance o un gran número de supuestos. Hay que desafiar al equipo para hacer más con menos.
2o hábito. Tampoco responder "No".
Los proyectos se refieren al cambio. A lograr que ocurran cosas. Lo último que un patrocinador quiere oír es "no". A veces es necesario decir no para controlar los cambios al alcance, a los requisitos, fechas, presupuesto y demás. Pero no significa que simplemente se deba decir "no". Hay que ofrecer alternativas, gestionando los recursos disponibles.
Nota del traductor: Personalmente considero que en algunas ocaciones solo queda responder "No". Desde mi punto de vista, un "No" es mas honesto que crear la falsa expectativa de que se va cumplir un objetivo imposible.
3er hábito. Mantener la calma y continuar.
Los proyectos van a sufrir reveses, sin importar qué tan eficientemente se estén administrando. Así que Ian sugiere manten la calma y trabajar en resolver los problemas. Hay que elaborar un plan de recuperación, ejecutar el plan y reestablecer el control. Sin enojarse ni gritar. Todos los días hay que hacer algo desafiante para ampliar la zona de confort. Por que las Noticias en un ambiente tranquilo y bajo el control del Administrador de Proyectos con una gran zona de confort no son buenas ni malas - son sólo noticias .
4o hábito. Impulsar el cambio.
Hay que anticipar varios pasos del proyecto. Determinar los posibles bloqueadores y eliminarlos antes de que se conviertan en problemas Si se presenta un problema, hay que adeueñarse de él y resolverlo. EL Administrador del Proyecto debe hacerse responsable de la solución. Ser proactivo. Hay que buscar a la gente. No enviar correo electrónico cuando se puede llamar por teléfono. No llamar por teléfono cuando se puede estar allí en persona. Y hay que impulsar al equipo a hacer lo mismo.
5o hábito. Centrarse en el fin, y no en el medio.
Ian sugiere no convertirse en un esclavo de la metodología. El trabajo del Administrador de Proyectos consiste en crear un resultado, entregar productos, crear nuevas capacidades, obtener beneficios. Y no hay que perder de vista eso. Hay que pregúntarse si el llenado de formatos, la creación de todos los documentos, el perseguir todas las aprobaciones finales, en realidad permitirán hacer mejor el trabajo. Si no, es mejor adaptar la metodología (no importa qué método se utilice, la mayoría están diseñados para adaptarse a sus circunstancias, con pocos componentes obligatorios). Por encima de todo, nunca, nunca perder de vista lo que está tratando de lograr.
6o hábito. Hay que hacer el detalle (asegurándose de que es el tipo adecuado de detalle).
Ian dice que es importante ser un Administrador de proyectos en primer lugar, y lo peligroso de tratar de ser un hacedor de proyectos al mismo tiempo. Por eso hay que dejar que los expertos en la materia se centren en los detalles de los requisitos, procesos de negocio, los diseños detallados. Lo más probable es que sean mucho mejores en eso. En lo que un Administrador de Proyectos debe centrarse es en los aspectos fundamentales de su trabajo. Asegúrarse de que de previsión presupuestaria sea exacta, de contrar con datos reales actualizados, que el plan refleje la realidad, que los informes de estado sea preciso, que se estén vigilando y controlando los riesgos, que existan planes creíbles para resolver los problemas, etcétera.
7o hábito. Disfrutar lo que se hace.
Es casi imposible destacar en nada si no se disfruta. El trabajo es el trabajo. A la mayoría de nosotros se nos paga por ello. Ese es el trato. Se llama la remuneración por una razón. Pero eso no significa que tenga que ser oneroso, algo que se odie hacer. Ian sugiere encontrar maneras de hacer el trabajo más divertido. Si no se disfruta el trabajo (al menos una parte del tiempo), tal vez es hora considerar seriamente un cambio de en la carrera elegida.
1 comentario:
Gracias a Alma Honojos por un par de atinados comentarios sobre este post.
Saludos.
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